Paola Valencia Villalobos
Nosotros nacimos del agua. Nosotros estamos arriba, pero en el fondo hay gente.
En el fondo hay un mundo que se hundió y están allá abajo,
por eso cuando hay una creciente fuerte se siente un ruido,
ese es el llanto de los que están allá en el fondo, en el otro mundo.
Del mundo que se hundió nacen, retoñan las gentes
Pueblo Añu
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La mano muestra en su puño La tierra
…………………..le he llamado por inocencia con el nombre del nido.
Estuvimos allí/ encima del sueño las cosas parecen lejanas,
–No voy a llorar mamaíta si me voy– mamaíta no lloro porque ya no estoy acá
La noche es muy sola y alguien quiere morderme–
¿Quién quita el nombre? ¿quién pone el amor en la mesa?
¿Quién me va a decir a mí que esto es el hogar?
Cruzar 8.mil seiscientos setenta y ocho Metros de ida y vuelta y luego rendirme…
Años después comprendí el ruido en los huesos al huir.
–De las aguas he venido
Por nombre le he llamado hogar
Y ahora entierro jardín de peces fuerza extirpadora que me posee–
Y ahora también este cementerio de cosas vivas por fuera arrastrándonos
No puede ser el hogar
el abismo de la ciudad sin nombre que dejaste
Pero no se busca nada me es dado llegue solo al nido de la muerte
de su liquido la antigüedad de la tierra
Cuando ella se acerca en la noche rozando
………………………………………………….Alguien me muerde los pies
Y puso la noche y el sol media ciudad yaciendo temblaba/ aquí está la creciente por nosotros/ acurrucándonos en su fuerza lo que queda de esta tierra es tu puño,
–De las aguas vienen los seres, hermanita
De las aguas, en la noche
Bajaras al sueño–
De las aguas han venido a buscarme
Y hallo en ese descenso otra manera de hablar de la vida.
*
Dime que sol ha nacido hoy que las aguas ya no son las mismas, he visto pasar aquella gaviota encima / el temblor y el vientre siendo devorado. Nosotros también estábamos enfermos de esa muerte, muerte absoluta:
–Nos vamos a morir, decile que nos vamos a morir–
Yo lo supe primero
Acercándome mi cuerpo estaba sucio la bestia metálica montándome escupiéndome en la espalda.
«No vamos a pedir perdón por esto»: arriba una voz
(¿Quien trajo las bestias?)
Y la iglesia hundiéndose – la casa de mamá- la matica que ayer sembramos en nuestros corazones,
El fin debe parecer un agujero enorme que todos pagamos con el rostro.
Ve que me voy- dije- me voy
pero no puedo huir del cuerpo.
………….–Sol rojo, amarillo y hoy negro –Veni– en la fiebre aceite curtido de seres muertos– la plataforma y los tubos grises a la orilla, la maquinaria de la bestia– Veni veni como nos trajistei al mundo Ariyuu ahora lloraría también en tu seno.
…
(alguien debería disculparse)alguien debe dejar de tocar el cuerpo, golpearme y morder hasta el asco el vientre enfermo de espinas, veme allí llorando, me tiemblan las piernas, me duele en la carne el vientre de las aguas,
Alguien debería… – (Nosotros danzamos en la sangre…)
…
Decile que me voy a matar allá arriba donde los niños se tiran al fuego
las cenizas arrojadas al tráfico son polvo impuro en mis pupilas…. ya no te veo y esto debe ser el amor.
–Sol grande vistiendo las aguas SOY YO Warushar y Warushar es todo y en mi cuerpo enfermo se rompen los seres–
Vamos a morir
Si este sol no pudo amarnos más o si la bestia inútil que corrompimos durante décadas a nuestro favor nunca caerá sobre los pies de las aguas,
Hemos cambiado la vida, precio tan alto a pagar por sostener el hambre debajo del godo.
La gente de agua lo supo antes.
Hoy el sol se nos ha puesto negrísimo /ya no escuchamos la creciente.
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Paola Valencia Villalobos. Maracaibo, Venezuela, 1997. Poeta. Estudiante de Letras en La Universidad del Zulia. Con el libro Memoria de pájaros fue galardonada con el 18vo Premio Nacional de Poesía Joven «Lydda Franco Farías» (Casa de las Letras Andres Bello, 2015), y con el poema En el fondo obtuvo el primer lugar, mención poesía, del I Festival de Poesía «Cuento con vos» (Gobernación del Estado Zulia y Biblioteca Pública del Zulia, 2016). Parte de su trabajo ha sido publicado en múltiples revistas, y más recientemente, fue seleccionado para aparecer en la antología de poesía joven y reciente venezolana Amanecimos sobre la palabra (2017). La imagen que ilustra este post es una fotografía al Relámpago del Catatumbo.